
Acciones culturales, mediación y enfoques científicos
Cité épiscopale d’Albi
Educación, ciencia y cultura son los fundamentos de la UNESCO. No existe mejor marco para este aprendizaje que los sitios del patrimonio mundial.
La Ciudad Episcopal es el escenario de festivales, conciertos y manifestaciones populares. El número de espectadores, en constante aumento, demuestra cómo la Ciudad Episcopal de Albi, constituida en un marco admirable, está actualmente en el centro de una dinámica en el ámbito de las artes vivas y de las artes visuales.
El diálogo arte/patrimonio está allí omnipresente, ya sea descubriendo los afiches o cartones del pintor Toulouse-Lautrec en la potente decoración del palacio de la Berbie, o asistiendo a los conciertos de órgano bajo la bóveda enteramente pintada de la catedral Santa Cecilia, de la cual se festejó el 500º aniversario en medio de las celebraciones nacionales 2009 de Francia.
La influencia de la catedral de Albi en la obra del arquitecto americano Louis Kahn (1901-1974), considerado como uno de los más grandes arquitectos del siglo XX, da testimonio del poder y del potencial del sitio en cuanto a alimentar la investigación. La Ciudad Episcopal ya es por otra parte objeto de numerosas gestiones científicas, sean técnicas o históricas, lo que la convierte en un lugar notable de transmisión de conocimientos, aprendizaje e investigación. Como ejemplo, obras recientes como Hérésie et inquisition dans le midi de la France de Jean-Louis Biget, recompensado con el premio Goyau 2008 de la Academia Francesa, o también Les Obituaires du chapitre cathédral de Matthieu Desachy, conservador de la mediateca municipal de Albi, premiado con la medalla de plata de la Academia de Juegos Florales, permiten comprender la Ciudad Episcopal en su contexto histórico y artístico.
Por otra parte, la Ciudad Episcopal alimenta temas de investigación sobre el material tierra, como los realizados por la Escuela de Minas de París y de Albi-Carmaux, o más aún diversas manifestaciones sobre el tema del color del ladrillo o de las pinturas de la catedral. Por último, la Ciudad Episcopal inspira producciones regulares como La Biographie de ma Ville de Jean Roques, o la colección de acuarelas de Philippe Lhez, aparecidas estos últimos meses.
La clasificación de la Ciudad Episcopal en el patrimonio mundial de la humanidad ha dado al sitio una dimensión universal a la cual la ciudad pretende responder favoreciendo un enfoque patrimonial plural:
un enfoque patrimonial « educativo », mediante la sensibilización en cuanto al patrimonio, que puede contribuir a forjar las bases del individuo;
un enfoque patrimonial « científico », mediante el enriquecimiento constante del conocimiento del patrimonio que sirva al mismo tiempo para su protección, valorización y comprensión;
un enfoque patrimonial « cultural », mediante la interacción entre disciplinas artísticas y ese hito patrimonial que contribuye a promover los valores universales.
Así, incorporación a la red de Ciudades y Comarcas de Arte e Historia, la creación de un club UNESCO activo en todos los establecimientos de educación de la ciudad, desde la pre-escolar hasta el centro universitario, o bien el desarrollo de herramientas pedagógicas, serán otras tantas acciones educativas, científicas y culturales nuevas, que permitirán a cada uno situarse en la memoria colectiva.
Más allá, la acción de gestión durable del sitio justifica establecer acciones innovadoras que involucren a la población y la sensibilicen en el aporte de la ciencia a la gestión del patrimonio.
De esta manera, al instaurar un know-how como eco-ciudadano del patrimonio, se podrá garantizar la transmisión del sitio a las futuras generaciones.
Todas las iniciativas educativas, científicas o culturales que se enmarquen o tengan como objetivo el sitio del patrimonio mundial, serán entonces alentadas, acompañadas y promovidas.