
Las gabarras
Cité épiscopale d’Albi
La sociedad de antaño estaba íntimamente ligada con la vida del río. Las gabarras, pequeñas embarcaciones de madera de fondo plano y una pequeña vela cuadrada, desempeñaron durante más de 2000 años un papel fundamental en el desarrollo de la economía albigense.
Rara vez dotadas de puente, de cala plana, levantadas adelante y atrás terminando en punta, como una lanzadera de telar, las gabarras miden de 10 a 25 metros de largo y 2 a 5 metros de ancho, y tienen más de un metro de calado en el caso de las más fuertes.
Construidas enteramente de madera excepto los clavos de la tablazón, que parecen ser preferibles a los pasadores, están equipadas con un gran timón de popa.
Dotadas de un aparejo sólido aunque tosco que permite la sirga o bien el uso de una vela si el viento es favorable, su ancla es perfectamente reemplazada por una cuerda dotada de una piedra perforada como lastre.
A bordo, remos, bicheros, cuerdas, planchas; un material muy sumario que demuestra que estas embarcaciones no son casas flotantes.
Únicamente el capitán vive a bordo con su equipaje, y cuando no viaja, arroja su saco a tierra y pasa a ser sedentario. Para el descenso, tres a ocho marinos equipaban la embarcación.
Para remontar el río se necesitaban 8 a 10 hombres, de acuerdo a la carga, para tirarla.
Con los pies en el agua y el lodo, sobre los caminos de sirga interrumpidos por las crecidas, los hombres reemplazaban a menudo a los bueyes y a los caballos que no podían ser utilizados por lo estrecho de la pista en el borde del río.
La altura de los bordes y su pendiente transforman la sirga en una tarea peligrosa e incluso mortal, porque los marinos resbalan en la tierra arcillosa y caen arrastrando a los demás, unidos por una misma cuerda, "la bricole"; perecen ahogados o con los huesos rotos al caer sobre rocas.
Trabajo de galeote o casi; ganancias ínfimas, enfermedades previsibles, piernas rotas por las barricas de vino mal estibadas, el hombro destrozado por la cuerda, trabajando en aguas heladas durante el invierno: los barqueros formaban parte de los más pobres de la sociedad.