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En la segunda mitad del siglo XIX

Cité épiscopale d’Albi

Con la llegada del Segundo Imperio, Albi experimentó un desarrollo industrial importante y un aumento notable de su población. La ciudad natal de Toulouse-Lautrec se convierte en un verdadero sitio de construcción: nunca se había construido, iniciado y restaurado tanto en tan poco tiempo.

Se abre la comunicación de las calles Mariès y Santa Cecilia. Esta ciudad de tamaño medio inicia al mismo tiempo la realización de tres grandes obras: el actual liceo Lapérouse (1864-1867), el Puente Nuevo (1862- 1868) y el viaducto del ferrocarril (1864). Vale la pena precisar que estas obras fueron realizadas con una preocupación por integrarlas perfectamente al marco urbano. Además se inicia otra obra considerable que durará casi medio siglo: la restauración de la catedral y la ampliación de la plaza Santa Cecilia.

Despeje de los alrededores de la catedral

Los alrededores de la catedral, totalmente edificados y ocupados por casas y construcciones diversas, experimentaron en la segunda mitad del siglo XIX una transformación radical. Efectivamente, tanto en Albi como en otros lugares, el urbanismo « haussmanniano » que caracteriza la época del desarrollo industrial, manifiesta predilección por los espacios despejados y las perspectivas rectilíneas.

Aislar Santa Cecilia sobre un « atrio » para admirarla mejor, para poner en « luz y honor » esta « magnífica catedral », fue entonces el objetivo de los ediles albigenses. Además, se instaura la necesidad de ampliar la plaza del mercado, demasiado estrecha en su marco medieval, y establecer una unión cómoda entre el centro de la ciudad y los barrios occidentales, en pleno crecimiento. De manera que hicieron desaparecer todas las manzanas ubicadas en el sitio de la actual plaza Santa Cecilia y todos los edificios que obstaculizaban la circulación al norte y al sur de la catedral, donde fueron trazadas dos calles.

Entre 1880 y 1892 se destruyeron en particular las casas que se apoyaban en el sector norte del presbiterio y de la sacristía. Esta última, cuya estructura interior corresponde a una elección del siglo XIII, recibe entonces un nuevo envoltorio al este y al norte. Se demuele también la antigua muralla al pie del campanario.

Al aislar la catedral en medio de un espacio vacío, los trabajos de despeje pusieron todavía más en evidencia su fuerza y su impronta monumentales. Desde entonces, se puede trazar una larga vía que une la plaza Sainte Cécile con el boulevard Sibille y la calle del Castelviel.

En la segunda mitad del siglo XIX nace en el Hôtel du Bosc, en Albi, Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901). Descendiente de la ilustre familia de los condes de Toulouse, este famoso pintor francés, afectado por una patología ósea congénita, se alejará de una vida ya trazada de hidalgo de provincia para dedicarse al dibujo y a la pintura como centro de su vida. Después de su infancia en Albi se instalará en París en el barrio de Montmartre, donde pasará a ser pintor de bailes populares, cafés conciertos, mujeres alegres, artistas de cabarets y uno de los más importantes pintores de afiches de la Belle Epoque, considerado hoy como uno de los padres de la publicidad moderna.


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