
El ladrillo, material universal, excepcional en Albi
Cité épiscopale d’Albi
El ladrillo se encuentra en todas partes, y la Ciudad Episcopal lleva a su más alta expresión arquitectónica y estética un material universal.
Contrastando con los edificios góticos del resto de Europa, la catedral y el palacio de la Berbie se imponen como una de las más grandes construcciones de ladrillo cocido en el mundo, sin equivalente en otros lugares.
La fuerza de la arquitectura surge del talento de los hombres que la aplicaron y de la concepción geométrica de un ensamblado de volúmenes, inspirados en la defensa militar y magníficos por el empleo de este material único de construcción, que confiere una evidente coherencia a la Ciudad Episcopal.
Albi es el testimonio de una búsqueda arquitectónica extremadamente lograda, genera un modelo excepcional de gótico denominado « meridional » que trasciende un material pobre para crear una estética y una plástica extraordinarias. Es cierto que el ladrillo se encuentra en muchas ciudades italianas y del norte de Europa, pero esas arquitecturas corresponden a encargos diferentes: ciudades de la Liga Hanseática, ciudades mercantiles y portuarias, demuestran con sus atalayas el éxito comercial de sus regidores.
Albi, más aún que Toulouse, es la ciudad del ladrillo; Saint-Sernin, la catedral Saint-Etienne y el Capitolio también integran la piedra. Toulouse es, sobre todo, una ciudad donde los cónsules trataron permanentemente de alejarse lo más posible de Saint-Sernin, de rodear a los jacobinos y de suprimir su flecha; y dejaron la catedral Saint-Etienne sin terminar para establecer un solo poder, el de los Capitouls. Todo estaba orientado para y en torno al Capitolio y a su magistral plaza. En comparación, Albi se mantuvo fiel a su organización en torno a la Ciudad Episcopal.
En cuanto a Siena, a menudo comparada con Albi por su color, se diferencia por la presencia del monumento principal que es, precisamente, el Palazzo público, la sede del solo poder civil.