
Obra maestra del arte del gótico meridional
Cité épiscopale d’Albi
La catedral Santa Cecilia posee una identidad poderosa y particular. Representa en su más alto grado las características específicas del gótico tolosano.
La catedral Santa Cecilia posee una identidad poderosa y particular. Representa en su más alto grado las características específicas del gótico tolosano.
Su construcción se inició cuando se terminaba la de las grandes catedrales góticas que forman parte del patrimonio mundial: Chartres, Bourges, Reims y Amiens. Ignora ostensiblemente el material, las técnicas y la estética adoptados en las construcciones vecinas, las catedrales de Carcassonne, Rodez, Narbonne, o en el coro de Toulouse.
Este rechazo lleva a una arquitectura singular, que exalta en su más alto grado la austeridad y la simplicidad del espacio interior.
La catedral Santa Cecilia es representada a menudo, junto con la iglesia de los Jacobinos de Toulouse, como la obra maestra del arte gótico meridional.
Será el edificio tipo de una variante particular del arte gótico, desarrollado en las regiones del Languedoc, Gascogne y Cataluña, donde presentará como características principales una ancha nave única flanqueada de capillas laterales, una expresión arquitectónica marcada por una gran austeridad y una fuerte muralidad, con escasa iluminación.
Más allá de estos elementos, conviene de hecho destacar el carácter excepcional de la catedral de Albi en la esfera del gótico meridional. Porque si Santa Cecilia proviene esencialmente de una expresión del gótico bien diferente a la de las grandes catedrales del norte (Chartres, Reims o Bourges), sigue siendo un unicum en el seno mismo de su familia.
Dimensiones considerables
La catedral de Albi es sin duda el edificio más grande del gótico meridional. Por sus dimensiones, se inscribe en el linaje de las grandes catedrales del norte, con una nave que alcanza cerca de un centenar de metros de largo. La altura de su bóveda, 30 metros, no le permite rivalizar con gigantes del norte como Beauvais o Amiens (respectivamente 46 y 42 metros), pero se inscribe absolutamente en la media de los grandes edificios del gótico radiante (32 metros en Estrasburgo, 30 en Soissons y Auxerre, 28 en Rouen).
Estas proporciones que la acercan al gótico septentrional diferencian a la catedral de Albi de las principales iglesias del gótico meridional. Efectivamente, ninguna nave supera los sesenta metros de longitud (catedrales de Lavaur, Saint-Bertrand de Comminges, Lodève, Agustinos de Toulouse, Saint-Jacques de Montauban), con la excepción de Saint- Etienne de Toulouse, construcción híbrida sin unidad, y de Saint-Jean-Baptiste de Perpignan. La altura máxima de las bóvedas de esas iglesias culmina a 28 metros en Saint-Bertrand de Comminges, pero la altura media se sitúa entre 20 y 25 metros (Notre-Dame de la Dalbade, Jacobinos y Agustinos de Toulouse, catedrales de Lavaur y Lodève, iglesias de la ciudad baja de Carcassonne).
En resumen, pareciera que las proporciones únicas de Santa Cecilia corresponden a las de una gran catedral gótica del norte, aplicadas a una arquitectura de inspiración meridional.
Una estructura única al servicio de una plástica original
La monumentalidad del gótico meridional se caracteriza, como bien lo ha definido Vivan Paul, por un sabio juego de volúmenes simples y fuertemente desmarcados, hábilmente articulados.
Los juegos de luz y sombra subrayan el rigor de esas composiciones volumétricas, claramente opuestas a la búsqueda de diafanidad 1 del gótico septentrional. El arte gótico meridional valorizó claramente los contrafuertes potentes y sobresalientes que respaldan la nave única. Estos elementos de rítmicas verticales son subrayados a menudo por saledizos horizontales 2 que acompasan su elevación.
Del mismo modo, el cinturón de capillas laterales constituye un primer plano por lo general fuertemente separado del volumen dominante de la nave única.
En Albi, la elevación de la catedral se aleja de esta tradición arquitectónica. Siendo la altura de las capillas laterales equivalente a la de la nave, el conjunto aparece efectivamente como una sola nave, sin verdadera alternancia horizontal.
Del mismo modo, la altura consecuente de las capillas laterales rodea la mayor parte del volumen de los contrafuertes al interior: sólo las cabezas de los muros sobresalen del plano de las murallas. Las marcas verticales del edificio se reducen, tanto más cuanto que la parte sobresaliente de los contrafuertes es tratada como hemi-cilindros, repitiendo las fortificaciones del palacio de la Berbie.
Los juegos de luces y sombras quedan por lo tanto altamente suavizados, habiendo preferido el director de obras valorizar un sutil degradado, más que el contraste violento de los planos verticales de diferente iluminación.
Los taludes de las partes bajas del monumento también subrayan la voluntad de evitar cualquier ruptura violenta entre los planos.
Esta expresión arquitectónica tan potente encontrará su culminación a nivel de los pisos bajos del campanario, flanqueado de gigantescas torrecillas circulares.
1Que deja pasar la luz sin ser totalmente transparente.
2El saledizo o goterón es la parte sobresaliente transversal baja de la estructura de una cornisa, de una banda o de un apoyo de ventana en la fachada, y tiene como función evitar que se infiltre agua de lluvia por la canaleta hueca llamada gota de agua. La herramienta del tallador de piedra que sirve para realizar el goterón de un apoyo de ventana, por ejemplo, lleva el mismo nombre.