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El tesoro

Cité épiscopale d’Albi

Resplandeciente por sus ladrillos y su luminosidad, esta capilla alta de la sacristía reúne hoy objetos sacros de gran calidad, que cubren un período que va del siglo XIII al XIX.

Los trabajos de reacondicionamiento han develado, bajo las decoraciones del siglo XIX, una sala abovedada del siglo XIV, que demostró ser la antigua sala del tesoro y de los archivos. Así la sala fue restaurada con su configuración inicial.

Los nichos, conservados, contienen vitrinas destinadas a mostrar los más preciosos objetos del culto.

El tesoro incluye objetos medievales, como un cayado episcopal del Limousin del siglo XIII, 1 un anillo episcopal de oro y zafiro del siglo XIV y un relicario de santa Ursula de la misma época 2 . Incluye también elementos del siglo XVIII y en particular relicarios y el pontifical de monseñor Le Goux de la Berchère. Están por último expuestos todos los objetos encargados por la fábrica en el siglo XIX para reconstruir el tesoro: custodias, cruz de procesión, incensarios, 3 cálices, 4 copones, 5 relicario de Santa Cecilia y cayado episcopal.

Cabe destacar la presencia de un políptico italiano de 1345 atribuido al maestro de Lavagnola, y donado a la catedral por la familia de Charles Boriés, que lo había adquirido en el siglo XIX.

Este cuadro, de una calidad notable, pudo ser completado en 2001 cuando su coronamiento fue comprado por el Estado para la catedral de Albi durante una subasta, como demostración del permanente enriquecimiento de este tesoro. La segunda sala del tesoro de la catedral Santa Cecilia abrió al público el 1º de julio de 2010, antes de su inauguración oficial en el otoño de 2010.

¿Qué es un tesoro?

Durante mucho tiempo cámara protegida inaccesible al público en la cual se disponían archivos y objetos preciosos del capítulo o de la fábrica, el tesoro, lugar seguro de depósito, responde hoy a la necesidad de abrir a un público más amplio un lugar donde se conservan objetos del culto, derecho antes reservado sólo a algunos miembros del clero, específicamente encargados de dicho tesoro.

Destinados al ejercicio o al ornamento del culto (vasos consagrados, cruces, ornamentos, etc.) o a la veneración de reliquias (estatuas, relicarios, etc.), estos objetos tienen la particularidad de seguir, en el caso de algunos, todavía dedicados al culto.

El acondicionamiento de nuevos tesoros o la reestructuración de tesoros antiguos es una prioridad del Estado (Ministerio de Cultura y Comunicación), quien es propietario de las ocho catedrales de la región y de una gran parte de sus colecciones; acondiciona, además del de la catedral de Albi, el de la catedral de Montauban (Tarn-et-Garonne) y, en proyecto, los de las catedrales de Auch (Gers) y de Cahors (Lot).

Estas prestigiosas colecciones son en su mayor parte objetos protegidos a título de los Monumentos Históricos.

¿Qué objetos hay en este tesoro?

Si bien los objetos conservados en la primera sala del tesoro se encuentran estrechamente vinculados en lo histórico y en el culto con la catedral Santa Cecilia, los presentados en la segunda sala constituyen un tesoro compuesto de objetos preciosos de diverso origen puestos en depósito por las comunas de los alrededores por razones de seguridad, conservación preventiva o presentación al público.

Todas las colecciones presentadas son objeto de trabajos mínimos de conservación (limpieza, desempolvado, estabilización) o bien de una restauración más completa.

Se encuentran expuestos unos cincuenta objetos, algunos de orfebrería religiosa, relicarios (estatuas, relicarios) del siglo XII al XIX, pinturas (retratos de obispos de Albi) del siglo XVII, un hermoso conjunto de esculturas medievales de las cuales algunas son depósito del museo Toulouse-Lautrec, así como un excelente conjunto de ornamentos litúrgicos (capas, casullas, etc.) provenientes del armario de casullas 6 de la catedral de Albi.

1 El cayado representa el bastón pastoral de los obispos y de los abates, insignia de su poder. El cayado tenía inicialmente la forma de una letra Tau griega (T), pero a partir del siglo XII su extremo superior adquirió una forma curva que es hoy más común, en voluta. Esta forma es también la del cayado del pastor, imagen muy emblemática. Bastón de quien dirige, aconseja y socorre, cayado del buen pastor que marcha a la cabeza de un grupo de fieles, signo de una autoridad paternal. Los tres símbolos del cayado son: sólido, para sostener a los débiles; curvo, para atrapar a quienes se pierden, y puntiagudo, para pinchar a quienes dudan.

2 Un relicario designa por lo general un objeto que contiene el cuerpo de un santo (entero o en su mayor parte), o incluso de dos o tres santos si se trata de santos martirizados juntos. Se trata por lo tanto de una especie de ataúd-relicario. Desde la Edad Media, la elevación de un cuerpo en un relicario es la etapa final del proceso oficial de canonización por la Iglesia

3 Un incensario es un objeto para quemar perfume utilizado en la liturgia católica y en la liturgia ortodoxa. El incienso que se consume proviene de resinas vegetales aromáticas que simbolizan la plegaria, la purificación y la ascensión a los cielos. Forma parte de las ofrendas presentadas por los Reyes Magos durante la Natividad, con el oro y la mirra.

4 El cáliz, de la palabra griega kulix, es un vaso sagrado de la liturgia cristiana que presenta la forma de una copa de boca ancha sobre un pie alto. Se emplea durante la celebración de la eucaristía para consagrar el vino que pasa a ser la sangre de Cristo. El cáliz recuerda la copa de vino de la Ultima Cena. Habitualmente está hecho de material noble, como oro, plata o corladura, a veces incrustado de piedras o esmaltes. En nuestros días, puede ser de simple metal o incluso de cerámica esmaltada, « recordando que Cristo se hizo pobre entre los pobres ».

5 El copón, de ciborium, a su vez del griego kibôrion, que significa copa, es un vaso sagrado utilizando en varias liturgias cristianas. No hay que confundirlo con el cáliz ni con la píxide. En general cerrado con una tapa, está destinado a guardar las hostias consagradas por el sacerdote, ya sea para distribuirlas entre los fieles que comulgan o bien para conservarlas en el tabernáculo. Cuando contiene hostias consagradas debe estar revestido del pabellón o velo circular de tela blanca o dorada.

6 Armario con cajones en los cuales se guardan las casullas eclesiásticas, especie de manto largo sin pliegues cerrado por delante y que llega a los talones, que lleva el obispo, el celebrante, los chantres, etc. durante el oficio. Se dice también del gran manto de género o de sarga de los canónigos.


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