
Presentacíon
Cité épiscopale d’Albi
Al acercarse a la ciudad de Albi desde cualquier punto sobresale, imponente, la catedral, por su altura y por lo majestuoso de su campanario, faro que orienta el camino e invita a acercarse.
La catedral Santa Cecilia comenzó a ser construida en 1282 como respuesta a la herejía de los cátaros, a modo de fortaleza que simbolizara el poderío de la Iglesia Católica.
Como la mayor catedral de ladrillo del mundo, con sus 113 m de largo y 35 m de ancho, domina la ciudad con su campanario de 78 m de altura acabado en 1492, algo después de la consagración del coro en 1480. Realizada entre 1474 y 1484, la pintura mural del Juicio Final, reconocida como la más grande del mundo, ofrece una representación del fin de los tiempos que es probablemente obra de artistas flamencos.
En 1509, en cambio, fueron pintores italianos quienes recubrieron la bóveda de la catedral con frescos que constituyen el conjunto más extenso de pintura renacentista realizado en Francia.
Obra maestra tanto arquitectónica como musical, el órgano, el mayor de Francia, fue realizado en el siglo XVIII por el fabricante de órganos Christophe Moucherel.
La catedral Santa Cecilia es ese lugar vivo donde acuden cada año centenares de miles de personas de todo origen y confesión para admirar su arquitectura y su decoración, guardando respetuoso silencio en un espacio cargado de sentido.