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El ladrillo, un arma de defensa

Cité épiscopale d’Albi

El palacio de la Berbie es una edificación con vocación militar.

Se podría calificar a la fortaleza del palacio de la Berbie como arcaica, por la época de su construcción, si no se toma en cuenta el elemento capital y original que constituye el material empleado: el ladrillo.

Arcilla vulgar amasada y cocida en serie, el ladrillo no tiene la nobleza de la piedra, pero los ataques bruscos y violentos de las balistas (máquina de guerra medieval que lanzaba piedras) fractura los muros de morrillo, mientras que la elasticidad del ladrillo los absorbe.

En caso de ataque de asaltantes, de golpes violentos, el ladrillo no transmite vibraciones al muro, y el punto de impacto se rompe sin que la pared quede debilitada.

Además, el espesor de los muros de la Berbie es una garantía suplementaria de estabilidad, al mismo tiempo que una defensa sin igual contra la zapa, técnica de ataque que consiste en destruir las bases de los edificios sitiados.

En estos casos, el ladrillo desgasta prematuramente las herramientas. En la medida que la construcción de muros enteramente trabajados de ladrillo (a veces de siete metros de espesor) no deja lugar a bloque alguno, la tarea de los zapadores resultaba considerablemente mayor.

Estas características arquitectónicas contrastan con las grandes construcciones contemporáneas del Sur de Francia.


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