
La estética del Renacimiento
Cité épiscopale d’Albi
Cuando Louis de Amboise toma posesión de su sede episcopal, el palacio de la Berbie con sus muros ciegos y sordos a las oposiciones, erizado de los dientes amenazantes de las almenas y defendido por torres sólidas, se parece más a un campo fortificado que a una residencia de agrado.
La revelación del “quattrocento” y sus fastos artísticos, futuros modelos para el Renacimiento francés, marcan profundamente a Louis de Amboise, que los convertirá en su modelo artístico personal cuando pasé a ser a su vez “príncipe de Albi”. Lo que no va a tardar, porque apenas regresa de Italia fallece el cardenal Jouffroy, su predecesor.
De su Loira natal, ya flanqueado de castillos reales y principescos, acogedores y alegres, tenía algo así como nostalgia.
Louis de Amboise no podía sentirse agradado en un palacio de la Berbie tan absolutamente militar. A fines del siglo XV reacondiciona el ala oriental del palacio para establecer sus salas de gala. Actualmente en renovación, esas salas permiten admirar dos hermosas chimeneas del siglo XV.
Louis de Amboise no demolió nada, instaló la cortina que va a lo largo del actual muelle Choiseul y construyó un cuerpo de edificio que recuerda los techos de pizarra de fuerte pendiente, las atalayas y las ventanas de cruceros de la ciudad de Amboise, rompiendo así los almenados de la época medieval y recordando fachadas de los castillos del Loira.