
Presentación
Cité épiscopale d’Albi
Estos barrios son testimonio de veinte siglos de historia. Aquí ardían los hornos de alfarería galorromanos, muy cerca del santuario que los albigenses levantarán más adelante en honor de su obispo, san Salvi; por estas calles, que mantienen a menudo su aspecto medieval, pasaron san Bernardo, Simon de Montfort y los obispos, ahora señores de Albi, después de la cruzada contra los albigenses.
Por esas calles desfilaron con su cortejo Richelieu y Molière, y también prelados fastuosos como los Daillon du Lude, Choiseul, Bernis…
Más cerca nuestro, atravesaron estos barrios los dos hijos más ilustres de Albi, el navegante Lapérouse (1741-1788) y el pintor Toulouse-Lautrec (1864-1901), así como dos albigenses de corazón y adopción: los políticos franceses Jean Jaurès (1859-1914) y Georges Pompidou (1911-1974).
El escritor y académico Pierre Benoît (1886-1962), también originario de Albi, escribió sobre la ciudad:
“Haber nacido en Albi, haber sido bautizado en el más extraordinario santuario del mundo: este es un verdadero título de nobleza del cual no debería enorgullecerme, por cuanto se lo debo sólo al azar, y que sin embargo me es tan querido como si fuera fruto de la más inteligente premeditación…”