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Saint Salvi

Cité épiscopale d’Albi

Numerosos comercios se desarrollaron en la Edad Media en este anillo de calles, ocupando las tiendas las plantas bajas y las viviendas la primera planta y estableciendo en el último nivel el granero cubierto o “solelhier” (o soleihou), utilizado antes para secar la cosecha.

En torno al burgo de Saint Salvi, desde la plaza de la Pile, se desarrolló un anillo de calles comerciales denominadas en occitano roda de la plassa, “la rueda de la plaza”. Comercios y actividades artesanales se desarrollan en esas calles de nombres expresivos, como: pelissaria (calle de los peleteros), cotelaria (calle de la cuchillería), sabataria (calle de los zapateros), galinaria (calle de los vendedores de gallinas) o payrolaria (calle de los caldereros).

En su proximidad inmediata se encuentra el edificio del mercado, diseñado por André Michelin y levantado en 1901-1902. Su creación se integra hoy armoniosamente con el patrimonio y posee cierto interés arquitectónico.

A pesar de la apertura en el siglo XIX de la calle Mariès y de la desaparición de la iglesia Sainte-Martiane, de la cual sólo subsiste la calle ciega del mismo nombre, se distingue todavía bien su configuración medieval, con su centro, el claustro y la plaza adyacente.

El conjunto de las casas que rodean la colegiata (la canourgue) incluye la casa de los canónigos, algunas de las cuales conservan techos pintados. Estas pinturas de fines del siglo XV representaban animales, plantas y personajes de la época; a menudo se distinguen motivos grotescos, personajes alegóricos inspirados por los trovadores de la época medieval, e incluso una danza macabra.

Estos techos pintados se encuentran también en varias mansiones particulares situadas en la periferia del sector protegido, tale como el hôtel de Saunal, residencia de un rico mercader de pastel a comienzos del siglo XIV, Simon Saunal, que poseía la tercera fortuna de Albi. El hizo decorar los techos de su residencia con animales, plantas y con su sigla, acompañada de inscripciones como: “Viva el rey Francisco” y “Viva Simon Saunal”.

Este burgo se desarrolló a partir del siglo X en torno a la colegiata Saint-Salvi, segundo poder eclesiástico de Albi después del obispo. Estaba unido con el resto de la ciudad a través de la plaza de la Pile, verdadero centro de la vida albigense. La plaza de la Pile o Piale (del nombre del edificio que reúne las medidas para granos y líquidos) ocupaba una posición estratégica y constituía el sitio de los intercambios habituales.

Hasta mediados del siglo XIX se presentaba rodeada de lugares cubiertos y casas pintorescas que se apiñaban en torno al ábside de Santa Cecilia.

Entre 1860 y 1884 se demolieron estas casas para despejar la catedral y ampliar la plaza. En los costados sur y este se la rodeó con edificios bien alineados de tres plantas, con ventanas regulares bordeadas de ladrillo, a la moda entre las construcciones albigenses en el siglo XIX.


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