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Cooperar y compartir valores universales

Cité épiscopale d’Albi

La tierra es el material de construcción más universal. Así lo testimonian realizaciones humanas notables en los valles del Tigris y del Eufrates, a orillas del Nilo, del Indus o del Hoang Ho, la antigua ciudad de Alepo, la ciudad fortificada de Bakú, la ciudad de Sana’a, la mezquita de Djéné o el Pueblo de Taos, etc.

Más cerca de Albi, en España, la estética islámica combinada con el arte cristiano ofrece sitios excepcionales inspirados en el arte y la arquitectura mudéjar, que están clasificadas en el patrimonio mundial por el uso extremadamente refinado e inventivo del ladrillo.

La Ciudad Episcopal de Albi se inscribe en la categoría de estos sitios notables. En este caso, está hecha enteramente de ladrillos cocidos, lo que le otorga originalidad con respecto a otras civilizaciones.

Por lo tanto, hacer posible conocer un sitio patrimonial como éste, revelar sus riquezas, realizar intercambios sobre el talento de sus constructores, compartir la inspiración de sus autores, organizar el encuentro de ciudadanos del mundo orgullosos de su patrimonio, equivale naturalmente a promover la universalidad.

En este espíritu, a través de esta sexta orientación, el plan de gestión comprende iniciativas potentes y llenas de contenido. En 2033 la ciudad de Albi decidió comprometerse en una asociación con alguna ciudad dotada de un sitio inscrito en el patrimonio mundial, con el fin de compartir experiencias humanas y conocimientos técnicos.

Con la ayuda de Ciudades Unidas de Francia, Albi estableció en 2005 una cooperación descentralizada con la ciudad de Abomey, en la República de Benin, seleccionada por el carácter excepcional de su patrimonio construido con tierra: 40 hectáreas de palacios reales clasificados en el patrimonio mundial.

Este programa es objeto de un convenio de cooperación descentralizado que se beneficia con el apoyo del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, que participa también en su financiamiento.

El convenio para 2008-2011 incluye en particular una nueva dimensión a través de la promoción de ofertas turísticas que combinan conocimiento del patrimonio y acciones de cooperación. El gobierno de Benin ya ha manifestado su alegría por esta nueva iniciativa.

Por último, para que todas las civilizaciones puedan reconocer en la Ciudad Episcopal de Albi su patrimonio, la ciudad de Albi se abre a programas de asociación internacionales.

Desde hace un tiempo vinculada con CRATerre–ENSAG, poseedor de una cátedra UNESCO de arquitectura en tierra, la ciudad de Albi está considerando una nueva asociación en colaboración con el Instituto del Mundo Árabe. La Ciudad Episcopal de Albi se inscribirá en una red de sitios construidos con tierra y que están inscritos en el patrimonio mundial.


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